Cuando la Inspiración se desvanece: una escena de vacío creativo.
Esta noche, en los recovecos de mi ser, me oprime una melancolía solitaria.. Calíope oculta tras los libros que visten la estantería, juega a la brisca con la altiva Clío. Erato y Euterpe reposan plácidamente sobre el polvo acumulado sobre las cuerdas de la guitarra. Melpómene, con lágrimas en sus ojos, ha huido del tedio acumulado en esta estancia. Polimnia muestra desdén hacia mi agnosticismo, mientras Terpsícore, entre plié y arabesque, brinda su sonrisa y saluda con un leve gesto. Talía ríe, ríe, ríe en carcajadas interminables, celebrando que Polimnia me haya dedicado una sagrada pedorreta. Y Urania, leal en su esencia, susurra con una leve caricia de su voz para que mis párpados se cierren y el tiempo fluya, sin prisa ni pausa, sin temor, mas con cautela.
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