El renacer de mi morada digital: Despidiendo lo antiguo, abrazando lo nuevo en davidpenya.com.

 


Ayer clausuré la vieja web. Todo estaba meticulosamente dispuesto para la reconfiguración y el inicio de la nueva etapa. Y sin embargo, me resultó imposible evitar sentirme desfallecer al pulsar delete, al prescindir y deshacerme de lo antiguo, de aquello que durante largos años me ha acompañado con su innegable simplicidad. Finalmente, tuve el coraje de pulsar  la tecla, esfumándose las posibilidades de retorno. Ahora, todo permanece en blanco dentro de aquel subdominio, restringido y privado de contenido.

Aquel blog que hacía las veces de web, de refugio y de hogar cibernético, aquel palacio virtual donde escondía entre letras, fotos y arte, mi incomprensible e incomprendida personalidad de Minotauro,  mezcla de racionalidad y naturaleza instintiva, ha quedado vacío.

Hace ya años que dejé de frecuentarlo con la misma asiduidad, ni siquiera en vacaciones, y sus viejas paredes impregnadas de humedad comenzaban a resquebrajarse. Y aunque ya no fuera tan acogedor ni cálido como en los primeros días, aquel lugar albergaba fragmentos de mi historia, de mi vida y de mi tiempo.
 
Aún me hallo inmerso en pleno proceso de mudanza, y aunque los enseres más preciados ya los he trasladado al nuevo hogar, sé que ahora aguarda la labor de hacerlo mío, de personalizarlo y de culminar los proyectos que he concebido en este importante cambio.

Pero ahora permitidme daros la bienvenida a mi nueva morada: davidpenya.com.

Os iré informando.

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